El protocolo de curación consistió primero en limpiar la ulcera, con la solución de irrigación CUPERSANclean. Luego se dejó actuar por 15 minutos, después se retiro de forma mecánica el tejido esfacelado.
Luego se aplicó una capa de 5 mm de CUPERSANgel, se cubrió con una capa de gasa parafinada y sobre esta gasa estéril. El procedimiento se repitió 2 veces a la semana.
Los resultados obtenidos en todos los casos tratados fueron positivos, ya que no solo se obtuvo cicatrización, sino que los pacientes describieron que sanaron en menos tiempo, tomando en comparación al tiempo de cicatrización de ulceras anteriores, de las mismas características.
El promedio de cicatrización completa de los 30 casos para ulceras grados I y II fue de 26 días con una desviación estándar de 12 días.
Se realizaron cultivos microbiológicos de las úlceras, tanto antes de usar CUPERSANgel, como al día 7 y al momento del alta.
CUPERSANgel reduce la presencia bacteriana en las ulceras.
La primera observación, descrita por los pacientes tratados, fue la desaparición del mal olor de la úlcera, en los primeros 3 días de tratamiento, lo cual se explica por un descenso importante en la actividad bacteriana, presente en la herida.
No se obtuvieron valores de cupremia fuera de los rangos normales. Se observó que CUPERSANgel evita la maceración (b) de los bordes de la úlcera, a diferencia de las heridas tratadas con hidrogel convencional.
En todos los casos mejoró el aspecto de la piel circundante a la herida. Estas observaciones defienden la hipótesis que el hidrogel de cobre es capaz de inhibir el funcionamiento de las metaloproteinasas de la matriz (MMPs), enzimas proteasas responsables de la maceración de heridas.
No se observaron reacciones adversas de ningún tipo, más allá de que, algunos pacientes, describieron sentir un poco de ardor al momento de la aplicación de CUPERSANgel.